viernes, 31 de octubre de 2014

Sedientos de justicia

No existe procuración de justicia en México porque esta no hace ricos a los 'servidores públicos'. Los políticos no tendrían ganancias deshonestas si de verdad se dedicaran a combatir la delincuencia, por ello simulan, y como actores y actrices de telenovelas pasan todo el tiempo actuando frente a cámaras y micrófonos. Es la partidocracia, mercenaria de la oligarquía.

Está de no creerse, pero si por un momento oprimiéramos el botón de muting al televisor y únicamente viéramos la mímica de los políticos y la confrontáramos a la realidad, cualquiera apostaría que los discursos no son contra la delincuencia sino a favor de ella, basta ver las evidencias en nuestra realidad cotidiana.

Algunos mafiosos, políticos sistémicos, tradicionalistas, extienden su fuero constitucional e inmunidad en todo su ámbito de influencia, pero no para bien, no en beneficio de la ciudadanía, al contrario, solo favorecen a la delincuencia, transformando dichas prerrogativas gubernamentales en la endémica impunidad que sufrimos quienes nos vemos copados por la actividad delincuencial, la pública que es el fascismo, y la común, y la cual está organizada por quienes debieran combatirla; sin embargo, no suprimen a la criminalidad porque este flagelo es la fuerza secreta del gobierno mexicano en sus tres niveles. Pruebas de esto hay de sobra, ahí está el testimonio de Ayotzinapa, entre muchos otros.
También sabemos que no todos los políticos con cargo público son perversos, hay excepciones, pero en este tiempo aciago no se ve su influencia ni su honra por ningún lado, ¿dónde andan?, necesitamos valentía y determinación para encontrar el camino de la paz, la seguridad y la prosperidad que no termina de construirse en nuestro país, camino inconcebible en nuestras circunstancias, pero que es real, existe y debemos imponerlo aunque en esto gastemos nuestra vida.
Mas no es necesario llegar a tanto si todos votásemos por partidos políticos incipientes con el fin de desestabilizar al inhumano establishment. Este sería el principio de nuestra emancipación.