Durante estos días, desde el pasado lunes 31
de marzo, se ha estado llevando a cabo por el Senado la comparecencia
respectiva de los 158 aspirantes a comisionado del Instituto Federal de Acceso
a la Información y Protección de Datos (Ifai).
Conforme al artículo 6º Constitucional, para
la nueva organización del Ifai las plazas del pleno aumentaron de cinco a
siete, las cuales deberán estar suplidas a más tardar el próximo 8 de mayo.
Entre las nuevas facultades del Ifai está que
podrá dar seguimiento a solicitudes de información sobre cualquier entidad que
administre recursos del erario, ya sea gubernamental, privada, organización
civil, sindical, o de partido político.
Este mismo artículo 6º Constitucional
exceptúa el acceso a información clasificada «que sólo podrá ser reservada
temporalmente por razones de interés público y seguridad nacional», sin
embargo, esta información secreta debería ser puesta a consideración del Ifai -no lo contempla la ley- con el fin de que los comisionados la
analicen y resuelvan si es pertinente mantener el secreto, ya que podría
tratarse de información que no debe ser negada al escrutinio popular, a efecto
de salvaguardar el interés general de la nación y no de un sector político.
El Ifai debería tener la facultad de
clasificar la información que genera toda función pública, y no estar sujeto a
la calificación de quienes están involucrados en el proceso de la labor
gubernamental que afecta directamente a la comunidad y a esa “seguridad
nacional” tan invocada para evitar que la información sea expuesta a los
mandantes.
Entre los aspirantes que han comparecido
hasta ayer 3 de abril ante la citada mesa del Senado están personas que
pertenecen a partidos políticos, pero también han sido entrevistados “ciudadanos
puros [sic]” -así adjetivó una senadora- que no han pertenecido a organización
partidista alguna.
¿Por qué razón los políticos tradicionalistas,
más conocidos como partidócratas, se resisten a que los ciudadanos de pedigrí
-puros- ocupemos plazas de las instituciones mexicanas y tomemos el control de
estas?
Sus argumentos demagógicos, eso sí, son muy constitucionales
según aducen; dicen que ellos a pesar de pertenecer a un partido político también
son ciudadanos, y si la Constitución no les prohíbe tomar cargos en el Ifai, entonces
ellos los pueden ocupar sin problema alguno.
Bueno, en este tenor de ideas ¿Por qué la
Constitución ordena la paridad de género en los cargos públicos? ¿Por qué todo
tipo de discriminación está prohibida en nuestra Carta Magna?
Una de las respuestas a estas interrogantes podría
ser la siguiente: Con el propósito de evitar la prevalencia de facciones, así
como otorgar las mismas oportunidades de desarrollo a toda la ciudadanía para
no menoscabar sus derechos y libertades.
Precisamente esto es lo que los políticos
partidistas han infligido al resto de la ciudadanía: la discriminación, pues
ellos han ocupado todas las plazas gubernamentales e institucionales en nuestro
país. Muy pocas oportunidades tenemos los ciudadanos que hemos decidido mantenernos
al margen de la corrupción, la malversación, la ineptitud, y tantas atrocidades
más que los partidócratas con absoluta impunidad cometen en el abuso de las
facultades del servicio público.
El Ifai es un órgano desconcentrado con
autonomía presupuestal y de gestión, en pocas palabras, el Ifai es el sueño
dorado de los políticos tradicionalistas.
Es tiempo de que los ciudadanos apartidistas,
sin nexos con grupos de poder; activistas sociales y políticos, reciban la
oportunidad de tomar el control de las instituciones en México. Esto no es otra
cosa que democracia de verdad. Afortunadamente en el Senado de la república hay
demócratas auténticos que están apoyando el cambio, políticos con sensibilidad social como el recordado Luis
Donaldo Colosio Murrieta, pero también como el político independiente Manuel Jesús Clouthier Carrillo, que colocan el bienestar del pueblo por encima del
interés de algún partido político.
Es innegable que entre los
aspirantes con filiación partidista hay profesionales de notable curriculum
vitae, y si bien debe otorgárseles el beneficio de la duda, no es correcto que
tengan el control del Ifai, por lo que ameritaría dar el voto de confianza a
ciudadanos puros para que sirvan por lo menos en cuatro de las siete plazas de comisionado/a.
Las tres plazas restantes podrían ser para ciudadanos militantes del PAN, PRI,
y PRD, respectivamente; y ¡viva el Pacto Por México del Senado! Así, sí.