viernes, 28 de septiembre de 2012

Ponderemos la ceremonia

Impuesto por el voto mayoritario del electorado mexicano, el presidente electo Enrique Peña Nieto (EPN) está listo para protestar su cargo de Presidente Constitucional de México.

El intento de la izquierda demagógica de deslegitimar el triunfo electoral de EPN afortunadamente ha sido frustrado por la izquierda institucional y democrática que reconoció la victoria del candidato priista conforme al dictamen del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), concediéndole así al próximo presidente de México toda legitimidad y, por consiguiente, la autoridad moral para gobernar sin cortapisas ni chantajes. Gracias a esto, toda la clase política seria se encuentra en los mejores términos para llevar a cabo una ceremonia apacible de cambio de poderes, de acuerdo a los protocolos Constitucionales formulados ex profeso, lo cual resulta gratificante para todos los mexicanos.

No obstante, en las actuales circunstancias de transición gubernamental hay delicados avisos de un eventual rompimiento institucional, pues algunos actores políticos —de todos los partidos— sin conciencia del beneficioso consenso logrado por las diversas fuerzas ideológicas más importantes del país, se empecinan en entorpecer la toma de protesta de EPN, utilizando para ello el diferendo sobre la llamada Reforma Laboral Preferente, la cual supuestamente agravia a la clase obrera y cuyo dictamen fue realizado recientemente por la comisión respectiva de la Cámara de Diputados.

Respecto a la conveniencia o no de la Reforma Laboral Preferente, mientras confeccionaba el presente escrito, específicamente en lo referente al pago por hora que trae la modificación a la Ley Federal del Trabajo, yo sugería que el pago mínimo por hora debería ser igual al pago de un día de salario mínimo en lo correspondiente a la mano de obra no calificada, pues lo considero justo; sin embargo, al ver el noticiero nocturno Hechos, del periodista Javier Alatorre, me llevé la sorpresa que la Comisión del Trabajo de la Cámara de Diputados contempla el mismo criterio para el pago por hora. Por tal motivo, creo que lo mejor es esperar a contar con toda la información que permita un análisis completo de la Reforma Laboral y no hacer caso de información sesgada, la cual es tan perjudicial como la mentira, y se aprovecha como estratagema por líderes ariscos para crispar la conducta de algunos sectores obreros.


Como corolario, me parece imperativo para el país concretar la Reforma Laboral, pero más apremia conservar el clima de civilidad política actual; esto, con la finalidad de asegurar una ceremonia de transición de poderes digna, ya que sería deshonroso para la vida institucional de México repetir la alharaca de ceremonia que atestiguamos hace seis años, cuantimás si ahora no hay un justificante para ello.