miércoles, 20 de junio de 2012

EL COLOSIORRIDO

Durante el periodo electoral del año 2000, el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, entonces candidato presidencial, fue entrevistado en un programa especial de Televisa por la periodista Carmen Aristegui. En aquella ocasión, con fondo escenográfico color negro, la señorita Carmen preguntó a Cuauhtémoc Cárdenas por qué razón no aceptó la protección del Estado Mayor Presidencial para la campaña; así, Cuauhtémoc Cárdenas respondió con sonrisa claridosa y dijo textualmente: “¿Para qué? No tiene caso. A Colosio lo mató su escolta”.
Una verdad sobreentendida por los políticos es que la orden de asesinar al candidato presidencial Luis Donaldo Colosio Murrieta, en aquel aciago 23 de marzo de 1994, provino de la cúspide priísta, del partido en el poder presidencial.
Dieciocho años han transcurrido desde entonces, pero es tanta la frustración nacional que en nuestro sentir la tragedia sucedió ayer.
Aquellos demonios traidores aún no han perdido el poder político y se aprestan a recobrar la cereza del pastel: la presidencia de la república; la cual concedieron de manera temporal para aparentar ante el mundo que nuestro país había logrado dar un paso a la anhelada modernidad, y que los señalamientos con los cuales se etiquetaba al entonces gobierno federal priísta como una dictadura perfecta, autoritario y represor, o de estirpe dinosáurica, eran críticas de mala fe, infundadas, del imaginario colectivo. Sin embargo, es secreto a voces que la orden de asesinar a Luis Donaldo Colosio Murrieta cayó fulminante como un rayo desde altísimo cargo (lo menciono quedo: el presidencial); por lo que fue inexorable la ejecución.
Ahora, dicho partido promete convertir a México en el émulo de Jauja; y para que la promesa adquiera mayor peso en el electorado, la asociación Por Un México Mejor, tal vez sin saberlo, realiza promocionales ad hoc, mostrándonos el advenimiento de una época maravillosa, paradisíaca, donde todos los niños de México somos felices y prósperos porque al fin cada quien cumplimos nuestras obligaciones y nos hemos convertido en personas responsables, respetuosas de las leyes e instituciones; y aquel interregno de nuestra nación, símil de la era priísta que tan perfecto retrataron en el primer promocional de Por Un México Mejor, ha quedado tan lejano dándonos sensación que aquéllo nunca existió; luego entonces, aquel PRI corruptor y autoritario no existe más, es cosa de pasado muy remoto. ¿Qué candidato es el beneficiario de estos promocionales que sólo en Hollywood hubieran hecho mejor? Es inevitable la suspicacia.
Entonces, ¿qué haremos?, ¿dejaremos en el archivo muerto el terrible pasado priísta?, ¿cómo hacerlo si la misma pandilla de hace veinte años continúa activa maquinando su regreso a la presidencia? Los ciudadanos que amamos a México no debemos continuar impasibles y por lo menos tenemos la obligación de expresar nuestro categórico rechazo a la posibilidad que el autoritarismo priísta retorne al poder presidencial. Con este fin, en esta ocasión expreso mi repudio al priísmo dinosáurico a punto de ganar la presidencia de no ocurrir un milagro con la composición de la letra del Colosiorrido, de mi humilde autoría, pero cualquier persona puede disponer de él, únicamente pido por favor mencionar la fuente: Votar conviene. A continuación, el Colosiorrido:


En marzo noventa y cuatro
el PRI ordenó el sacrificio
de su propio candidato.
De Agualeguas fue el mandato.


México siempre recuerda
al gobierno autoritario,
inhumano y represor.
No hay castigo al ofensor.


El candidato Colosio
observó lo corrompido;
denunció al salinato
que ordenó su asesinato.


La respuesta vengativa
la urdieron como decreto.
Fue cobarde el agresor,
aun le dieron protector.


Así muestren otra cara,
quesque son nuevo partido;
no les creas ni tantito,
no te tomen por tontito.


Aunque digan que han cambiado
no te dejes engañar.
Mira bien la gaviotita;
vuela, vuela, palomita.


Ya basta de tanta charla.
Ahora, lo que vas a hacer
es salir a sufragar.
¡Vamos todos a votar!