martes, 8 de noviembre de 2011

Desvaríos

Primer desvarío: seudónimos.
Alejandra Cano me espera frente a la farmacia Benavides de la avenida Serdán y calle Dieciocho. La descubro en el momento que salgo del café Internet localizado a setenta y cinco metros de donde ella se encuentra.
Daniela –papel protagónico de Alejandra en la exitosa telenovela Cielo Colorado– luce atractiva, está toda vestida de negro: el pantalón, la blusa manga larga, las zapatillas de tacón bajo, así como el bolso que cuelga de su hombro izquierdo; todo es negro; incluso el maquillaje con el que ha atezado toda su piel desvaída también es negro; no el café característico de la piel indígena sino fuliginoso como el color mulato. Mientras me aproximo a ella, percibo que está nerviosa, inquieta, y transpira. No es para menos, el riesgo que corre al contactar conmigo es alto, una traición es imperdonable entre los espías fascistas homosexuales del servicio gubernamental.


Segundo desvarío: casos de hostigamiento.
Ahora camino para encontrarme con Alejandra, es la 1:20 p. m., del día 5 de octubre del año 2011. Mañana jueves a esta misma hora, en la esquina frontal izquierda de la tienda Coppel principal, en el centro de la capital sonorense, me estarán esperando alrededor de siete personas, quienes al tenerme a pocos metros de distancia, emprenderán al unísono una marcha frente a mí hacia el interior de la tienda. Me llamará la atención una mujer esbelta de muy buenas proporciones que caminará detrás del grupo de cinco personas, las otras dos restantes detendrán su marcha para observarme; la cual vestirá blusa negra y pantalón de mezclilla azul deslavado, tan entallado al cuerpo que, imaginaré, tal vez no es pantalón lo que trae puesto sino un tatuaje simulando un pantalón de mezclilla azul deslavado con una imperceptible rotura a la altura media central del glúteo izquierdo. Nunca en la vida yo hubiere visto algo así de espectacular de no haber sido porque sucederá mañana, será insólito.
Dentro de la tienda Coppel estará esperándome la señora Rely Shown, conductora de televisión, recubierta su piel clara con color sepia característico, jamás veré ese color de piel en otra persona a menos que la atecen con el mismo maquillaje. Acto continuo, la señora Rely dirá para sus adentros mientras la observo: “¡Ay nanita, ya me descubrió!”. No obstante, se sobrepondrá de inmediato auxiliándose con la actitud retadora que asume en el show morboso de Tv Esteka. Esta no será la única anécdota que yo podría tener mañana en la capital sonorense del Pitic; sin embargo, evadiré el resto del asedio.
Resulta inverosímil que en un país de leyes como nuestra Nueva España las mafias agravien en absoluta impunidad a la sociedad. En este caso, la mafia televisiva se vale de un chantaje para violar la Constitución y leyes novohispanas. Lo único que necesita es un pretexto para cometer sus crímenes de hostigamiento, extorsión, difamación, discriminación y chantaje. El primer paso es ofrecer ayuda a la supuesta víctima prometiéndole que resolverán su problema si envía la historia al correo electrónico impunidad@ tv esteka .com .ne. Con esta medida –la historia de la supuesta víctima que ellos convierten en denuncia– pretenden inmunizarse contra cualquier demanda que la parte agraviada pudiere formular. Lo peor del caso es que ninguna autoridad legalmente constituida, como podría ser el Ministerio del Interior, el Congreso de la Unión, o ya de perdida algún fiscal, obliga a esa mafia televisiva a respetar el orden constitucional de derecho que debe regir en nuestro país.


Último desvarío: homónimos.
Buenas tardes, caballero, ¿es usted Gustavo Marsanto?
¡Sabe mi nombre! ¡Lo puedo creer! –pienso, afectado por la emoción.
Alejandra me esperaba, tal como presentí en el momento anterior, cuando salí del café Internet y la reconocí.
Ahora conversamos mientras caminamos juntos por la avenida más famosa de Heroica Guaymas. No presto atención ni observo a los demás transeúntes como siempre hago, pues ella capta todo mi interés; su voz cálida continúa maravillándome con información que yo consideraba exclusiva de la Interpol y otras agencias secretas novohispanas, privadas y gubernativas; todas costeadas por el erario, dicho sea de paso.
La hipótesis que realizaste sobre el atentado a Garcilaso Talamante es precisa –continúa Alejandra. Analizamos la secuencia de hechos, más la información que teníamos, y desde el primer instante supimos que el ejecutor del asesinato es Ebrión «Groserito» Fragille Gievón, el comentarista deportivo del noticiario Matontino Estrés, de Loco Tv; y digo matontino porque dejó varios rastros mediante los cuales armamos teorías puntuales que lo acusan directamente.
Aunque fue un crimen de los denominados “matutino exprés” por el modo sencillo de operar esto es, el sicario aborda por la mañana a la víctima que se dirige al trabajo, dispara y se retira en aparente calma hubieron varios testigos presenciales de la escena del crimen que Groserito ignoró, los cuales nos proporcionaron datos valiosos como el retrato hablado de Groserito.
Desafortunadamente, la orden de detener la investigación y de sembrar evidencias falsas para ocultar los hechos fue tajante. No hemos podido hacer nada más para contrarrestar la impunidad de los asesinos. Esto, tocante al caso de Groserito, pero, lamentablemente, hay más daños colaterales por los delitos de espionaje, más otros agravios, que bien sabes han cometido en tu perjuicio agencias especializadas gubernamentales como la Interpol y la Fiscalía Nacional.
No me digas –interpuse–, ¿acaso la muerte de Alberto «El Kini» García también se debe a que trató de denunciarlos?
¡Acertaste! –respondió Alejandra. Cuando El Kini se enteró que el jefe Nava durante los operativos utilizaba niños de una red de prostitución y explotación sexual infantil, se indignó y lo enfrentó. En aquella ocasión ambos altercaron y El Kini denunció los atropellos y abusos nefandos que el jefe Sergio Israel Corona Nava-Bracamontes cometía contra los niños.
Como puedes imaginar –enfatiza Alejandra–, la denuncia nunca prosperó; al contrario, pocos días después de la violenta discusión entre El Kini y el jefe Nava ocurrió el fatal accidente aéreo que costó la vida de El Kini y del oficial copiloto que lo acompañaba. Con relación a este crimen, sabemos que adulteraron las bebidas y alimentos que El Kini ingirió; de tal manera que cuando El Kini abordó el avión estaba perturbado, fuera de sí, iba enajenado, inducido a estado severo de angustia y miedo que aunado a las amenazas que recibió respecto a su familia lo empujaron al suicidio.
Alejandra aparentó estar en calma durante el trayecto, pero no pudo controlar su nerviosismo, y por estarse quitando el sudor que deslizaba por la punta de su nariz provocándole comezón, removió esa parte del maquillaje, dándole por resultado una discromía con forma de bello lunar blanco, parecía vitíligo. Ella no se dio cuenta del lunar. Por fortuna, su misión había concluido de la mejor manera y tendría oportunidad de colorearse una vez más. No exagero, esto sucedió así y relato con estricto apego a la realidad.
Esto que he dicho es todo lo que tengo para ti. Espero que puedas utilizar mi confesión para tu provecho; sin embargo, si tú no actúas nosotros tampoco podremos hacerlo. Por cierto, Lambderto Dámaso García el buen hijo Lambda te envía un fraternal saludo. Hasta luego –remató Alejandra.
Finalmente, la actriz Alejandra Cano desapareció entre la multitud que concurría en la avenida Serdán y calle Diez de la ciudad y puerto turístico de altura Heroica Guaymas de Zaragoza, Sonora.