viernes, 13 de agosto de 2010

El plagiario

Plagiario sinvergüenza,
cínico delincuente,
patentizas vileza,
robas al inocente.

Eso está nada bien,
tu actuar es incorrecto;
te das tiro en la sien,
insultas tu intelecto.

Camino sin retorno
el del hombre malvado,
irá solo al averno
sin el arte plagiado.

Hombre de verdad,
¿dónde se hallará?,
cuya integridad
lo libertará.

Hombre de verdad,
¿quién lo encontrará?,
su fidelidad
prevalecerá.

Valores y principios
dan vida a nuestras almas,
pero la ausencia de ellos
las lanzan a las llamas.

Tus ansias por triunfar
inhiben tus valores.
¡Paciencia! hay que aguardar,
olvida tus temores.

La mejor sinfonía es
la escala de valores;
hazla tu melodía,
y vístete de honores.

Hombre de verdad,
¿dónde se hallará?,
cuya integridad
lo libertará.

Hombre de verdad,
¿quién lo encontrará?,
su fidelidad
prevalecerá.

Te anuncias liberal
y gozas buena fama.
Al Padre Celestial,
no considera tu alma.

¿Genera tu conciencia
el acto de atrición?
Descubrir la falacia,
te mueva a contrición.

Entonces estarás
honrando a la justicia,
también alejarás
de ti la cruel malicia.

Hombre de verdad,
¿dónde se hallará?,
cuya integridad
lo libertará.

Hombre de verdad,
¿quién lo encontrará?,
su fidelidad
prevalecerá.

El Señor Jesús de Nazaret
es el paradigma eterno
de la hombría;
el Hombre de Verdad;
el ejemplo a seguir.

«Muchos hombres proclaman cada uno su propia bondad, pero hombre de verdad, ¿quién lo hallará?» Proverbios.