miércoles, 6 de marzo de 2013

Golpe de calor

Muy agradable es vivir en Heroica Guaymas durante el semestre comprendido entre los meses de noviembre a abril, inclusive. En la otra mitad del año, de mayo a octubre, la temperatura varía de caliente a extremosa, manifestándose la insoportable canícula en los meses de julio y agosto.
En esos meses, la humedad atmosférica provoca sensación de calor próxima a los cincuenta y cinco grados centígrados. Es tan calamitosa que algunas personas mueren por el llamado golpe de calor, la insolación. Tal parece, a los únicos que agrada esa temperatura aparte de los turistas que recurren a las playas para asurarse es a los escarabajos, en especial a los de la especie esmeralda, pues ellos abundan durante esa temporada, son de color verde en tonalidades metálico y mate, preciosos. También está el escarabajo capricornio, entre otros insectos.
En cierta ocasión salvé de morir ahogado a un escarabajo esmeralda muy pequeño, era casi idéntico al escarabajo esmeralda normal, pero con redondez y tal vez la tercera o cuarta parte de su tamaño. No he vuelto a ver otro de esa misma especie. A veces, cuando remuevo un poco de tierra encuentro la oruga del escarabajo, se distingue muy fácil por su contrastante color verde.
En el verano de 2010 una plaga de más o menos trescientos escarabajos esmeralda –¡eran muchísimos!de manera repentina llegó volando y cruzó a través de árboles frondosos del barrio, donde se detuvo unos instantes y continuó su derrotero sin entretenerse demasiado.
Nunca había mirado y escuchado a plaga tan abundante de escarabajos. Los escarabajos me rodearon y por poco atrapo uno. El ruido que producen sus alas aunado a su maravillosa coraza verde brillante con relieves de su capote en mate aceituna y ocre da símil a diminuta nave aérea. Estos escarabajos son frugívoros y se deleitan con los mangos de la clase Tommy, pues los privilegian por encima de las otras dos variedades de mango que hay aquí en mi barrio la colonia El Mirador Playitas que, como dice el Chavo del Ocho, no vale ni un centavo, mas es linda de verdad.
Siendo un mediodía de finales de mayo del año pasado, yo caminaba por una calle del barrio lindante a terrenos baldíos cuando tuve terrible sensación psicodélica de una energía mortal, como si fuese una burbuja de plasma transparente conteniendo en su interior un objeto amorfo de manchas color blanco y negro que caía fulminante desde la estratosfera pude verla–, y la cual potente azotó mi pecho adentrándose en el tórax, golpeó las vísceras y encontró acomodo a la altura del riñón izquierdo; allí estancó y no la sentí más.
Sufrí fuerte conmoción, un vahído que casi me derriba y me priva de los sentidos, debido a lo cual para conservar el equilibrio detuve por instinto uno de mis pasos en el instante del impacto; acto seguido, me rehusé a lamentarme del daño que me provocó aquel proyectil enervante y continué caminando. Me repuse de inmediato como si no hubiese pasado nada, pero la inquietud y perplejidad causadas por aquel fenómeno visionario aún permanecen en mí. Creo que se trató no tanto de un síntoma paranoide provocado por alimentos adulterados con drogas alucinógenas, sino de una premonición por algún eventual acontecimiento informativo que afectará a mi persona, mas la explicación del por qué llego a esta conclusión, con la finalidad que sea verosímil, la daré cuando ocurra tan singular evento, lo cual espero este año.
Los escarabajos esmeralda fueron prolíficos en el año 2010, vamos a esperarlos este año 2013 para ver si regresa aquella plaga que tanta alegría causa en los niños, quienes disfrutan atrapándolos y amarrándolos con un hilo para tenerlos como sus mascotas voladoras. Así juegan con ellos hasta que los dichosos coleópteros agradecidos por haberse convertido en juguetes según la creencia infantil pasan a mejor vida.
He aconsejado muchas veces a los niños que ¡no amarren escarabajos! porque ese juego tal vez no agrada a dichos insectos, pero ellos siempre contestan: ¡Tú estás loco, eres un torombolo!
Son niños muy inteligentes.